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VIDEO: Florian Tudor, líder de la mafia rumana, detenido y encarcelado en México


Florian Tudor alias el Tiburón presunto líder de la mafia rumana permanecerá sujeto a la prisión preventiva en el reclusorio Norte, ubicado en Ciudad de México mientras se lleva a cabo su juicio de extradición a Rumania, país que lo reclama por los delitos de delincuencia organizada, extorsión y tentativa de homicidio.

Marco Antonio Fuerte Tapia, juez de control del Centro de Justicia Penal Federal en esa prisión capitalina, notificó al presunto líder de la mafia rumana los delitos por los que su país pretende repatriarlo y le impuso la privación de la libertad como medida precautoria, debido a que en México el primer delito que le imputan contempla la prisión preventiva de oficio.

Fuerte Tapia decretó la detención provisional con fines de extradición de Tudor en una audiencia que duró poco más de una hora luego de ser movida de hora por la búsqueda de un traductor, un médico legista.

Con la resolución, ahora el Gobierno de Rumania tiene un plazo de 60 días naturales para formalizar el pedido de extradición, es decir, para enviar el expediente y las actuaciones del caso con el que pretende que le sea entregado el Tiburón.

En cuanto Rumania cumpla con el trámite, el juez dictará una opinión jurídica sobre la procedencia o negativa de la extradición, aunque su decisión no es vinculante para las demás instancias que deberán pronunciarse al respecto.

Después del juez de control, la cancillería deberá resolver si concede o no la extradición, pero la ley no le obliga a que su decisión sea coincidente con la del impartidor de justicia.

Si la Secretaría de Relaciones Exteriores determina extraditar a Tudor, éste todavía tendría la posibilidad de presentar un amparo que, en caso de recorrer dos instancias judiciales, podría tardar hasta un año en ser resuelto en forma irrevocable.

El otro escenario es que el rumano se allane a la extradición y decida irse lo antes posible a su país, para evitar su estancia en una cárcel mexicana.

La detención del presunto líder de la mafia rumana

Florián Tudor, entró por su propio pie a las oficinas centrales de la Fiscalía General de la República (FGR), citado para la diligencia de una investigación que inició por una denuncia de abusos policiacos en su agravio.

Pero ahí elementos de l Agencia de Investigación Criminal (AIC), le notificaron que tenía una orden de detención provisional con fines de extradición a su país, por delincuencia organizada, extorsión y tentativa de homicidio agravado.

“¡Déjame! ¡déjame! ¡Mi bolsa! ¡mi bolsa¡”, gritaba Tudor, mientras su defensor insistía en que tenía una suspensión contra la captura.

Aún esposado, cuando lo condujeron por el pasillo de las oficinas, dos agentes no fueron suficientes para someterlo y se sumaron otros dos policías para sujetarlo y bajar las escaleras.

“¡Me están levantando!, ¡me están levantando!”, gritaba Tudor, con un policía amarrado a cada una de sus cuatro extremidades. ¡Déjame, déjame hijo de tu puta madre!, ¡me están levantando!”.

Así fue llevado a la planta baja, cruzó el pasillo de la recepción documental y el lobby. Al pasar un arco detector de metales, uno de esos policías cruzó su brazo sobre el cuello de Tudor y lo arrastró de espaldas, mientras otro le tapó la boca.

“Me está ahogando, me está ahogando, me está ahogando, me están golpeando”, se quejaba el rumano, pero de nada sirvió pues fue detenido.