Carretera de la muerte: la verdad tras el tramo Monterrey-Nuevo Laredo donde la gente “desaparece”
Hasta el 26 de junio, por lo menos 50 personas fueron reportadas como desaparecidas tras emprender viajes entre la urbe industrial mexicana de Monterrey y la ciudad de Nuevo Laredo, fronteriza con Estados Unidos, de acuerdo con los recuentos de la agencia AP.
Se cree que hasta media docena de los desaparecidos en la carretera son ciudadanos o residentes de Estados Unidos, aunque la embajada estadounidense en México no pudo confirmar su estatus.
Pero la oficina del FBI en San Antonio, Texas, por su parte, publicó un boletín solicitando información sobre la desaparición de Gladys Pérez Sánchez, una mujer de Laredo, Texas, su hijo de 16 años y su hija de nueve, quienes fueron vistos por última vez el 13 de junio cuando tomaron la carretera.
Alrededor de media docena de hombres han reaparecido vivos, golpeados salvajemente, y lo único que dijeron es que hombres armados los obligaron a detenerse en la carretera y se llevaron sus vehículos.
Qué pasa realmente en la carretera de la muerte
Las primeras investigaciones de las autoridades mexicanas confirmaron que en realidad, las desapariciones son obras del crimen organizado, y de la encarnizada lucha que se libra en el estado entre bandas rivales.
Fue Jaime Rodríguez Calderón, el gobernador de Nuevo León quien emitió una urgente alerta para los viajeros que decidieron aventurarse, con el objetivo de que se contengan de pasar por ahí si no es un caso sumamente necesario.
Por ello inició un importante operativo en el que participan elementos de Fuerza Civil, Guardia Nacional y Ejército Mexicano. Su tarea es recorrer la autopista y brechas para supervisar que todo transite de manera correcta.
El objetivo principal es vigilar, disuadir y detectar a individuos que estén buscando hacer daño a personas que transiten por la carretera Laredo, informó “El Bronco” a través de sus redes sociales oficiales.
Por su parte, la Fiscalía General de Justicia de Tamaulipas anunció que el plan de vigilancia es conjunto, pero también informó que se iniciaron las carpetas de investigación correspondiente para resolver las múltiples denuncias presentadas por la desaparición de personas.
Desde hace mucho tiempo, Nuevo Laredo ha estado dominada por el Cártel del Noreste, un remanente del antiguo Cártel de los Zetas, cuyos miembros eran conocidos por su violencia.
Pero no son todos los grupos del crimen organizado en la entidad. De acuerdo con datos de la Fiscalía local, la entidad se divide entre el Cártel del Golfo; y también Los Zetas; pues se han identificado entre sus miembros a 10 principales cabecillas vinculados con el aumento de la violencia.
Alejandro Hope, analista de seguridad de México, dijo a AP que las desapariciones en la carretera y los eventos del 19 de junio en Reynosa —cuando hombres armados de cárteles rivales condujeron por las calles matando al azar a 15 transeúntes— recordaron a los ataques contra civiles durante la guerra contra las drogas de 2006 a 2012.
En 2008, un cártel de drogas en la ciudad occidental de Morelia arrojó granadas a los reunidos para la celebración del Día de la Independencia. En 2011, pistoleros de un cártel en Tamaulipas secuestraron a decenas de hombres de autobuses de pasajeros y los obligaron a pelear a muerte entre ellos, ya fuera para reclutarlos o para entretenerse.
“Es episódico, es algo que nunca ha cesado del todo”, dijo Hope de los ataques contra civiles. Lo único que ha cambiado, agregó, es la retórica.
Ahora el caso será atraído por la Fiscalía General de la República (FGR)
A principios de la década de 2000, los funcionarios no tardaron en repetir una antigua creencia de que los cárteles de drogas sólo se mataban entre ellos y no a civiles inocentes. En esta ocasión, tanto con las muertes de Reynosa como con los secuestros en la carretera, los funcionarios reconocieron rápidamente que las víctimas parecían ser civiles inocentes.
Ahora el caso será atraído por la Fiscalía General de la República (FGR), pues hasta el momento todavía no queda clara la jurisdicción a la que le corresponde la investigación de dichos casos.