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Se une el Cartel del Noreste con el Cartel de los Beltrán Leyva para frenar el ingreso del CJNG a Nuevo Laredo Tamaulipas: Policía


Un vocero del Grupo de Operaciones Especiales de la policía del estado de Tamaulipas contó que en Nuevo Laredo existe una guerra soterrada por el arribo del todopoderoso Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) a esa ciudad.

Las autoridades atribuyen las desapariciones como consecuencia del incremento de la disputa entre cárteles en esta región, por las estratégicas ciudades fronterizas de Tamaulipas, por donde se cruza droga y también miles de migrantes, un negocio que ahora compite con el narcotráfico.

Precisó que el capo del Cártel del Noreste (CDN, antes Zetas) Juan Gerardo Treviño Morales, alias “el Huevo”, recién se alió con Fausto Isidro Meza Flores, “El Chapo” Isidro, actual líder de Cártel de los Beltrán Leyva, para frenar el ingreso del CJNG a Tamaulipas.

“El CJNG está penetrando en alianza con la fracción del CDG (Cártel del Golfo) que controla la frontera”, precisó el efectivo del Grupo de Operaciones Especiales, que prefirió guardar el anonimato.

Ahora los antiguos Zetas del CDN están de cacería en el tramo Sabinas a Nuevo Laredo y mantienen un retén en la entrada a Nuevo Laredo durante la madrugada, añadió.

SICARIOS PRESUMEN CAMIONETAS ROBADAS

En redes sociales circula un video donde se observa a miembros del Cártel del Noreste mientras revisan las camionetas que presuntamente despojaron a ciudadanos en la carretera Monterrey-Nuevo Laredo, en el estado de Tamaulipas.

Sobre un terreno baldío, con una construcción en obra negra y rodeado de árboles se observa a integrantes del CDN mientras revisan y sustraen las pertenencias de los vehículos que robaron a familias que transitan por Nuevo Laredo y por la carretera Monterrey-Laredo.

“Hey, ¿qué es es madre, tu Gordo?”, dice el encargado de realizar la grabación, mientras un sicario vestido de verde, con pantalones y botas color café, revisa la cajuela de una camioneta roja, donde se logran observar algunas bolsas y maletas pertenecientes a las familias hurtadas.

A lo lejos se observan otras cinco camionetas, dos grises, una azul marino, una negra y otra blanca, todas con las puertas abiertas y siendo inspeccionadas por los presuntos sicarios.

Los presuntos delincuentes portan armas largas y se encuentran reunidos en torno a una mesa de cemento, compartiendo golosinas y comida chatarra mientras son grabados.