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Fotos: Narcos usaron coches bomba para escapar y luego los captan pagando cuota en caseta

José Artemio Maldonado Mejía, alias el Michoacano, uno de los líderes de Pueblos Unidos fue captado mientras pagaba la cuota de una caseta en la carretera del estado de Querétaro, tras ser rescatado en un operativo como de película en el penal del municipio de Tula en Hidalgo en México.

Las cámaras de seguridad de la caseta lo captaron con toda tranquilidad como si supiera que nadie lo detendría, mientras pagaba la cuota.

Su rescate se realizó cuando los sicarios montados en un camión repartidor de gas derribaron la puerta del penal de Tula, Hidalgo, para liberar a los líderes del grupo criminal.


Tras derribar el portón metálico con una protección delantera de acero colocada sobre la defensa del camión, seis hombres armados ingresaron directamente a una zona especial, separada de las celdas del resto de presos, ubicada a la derecha de la entrada principal y se abrieron paso disparando. Según las autoridades, portaban rifles AR-15, cuernos de chivo e incluso lanzagranadas.

Luego, la reja de acceso fue abierta desde dentro y salieron, inicialmente, dos reos y posteriormente otra media docena en medio del tiroteo.

Los criminales huyeron por el acceso principal, tras el derribo del portón, a bordo del camión, y fueron escoltados en su escape por camionetas que los esperaban en el exterior.

Más adelante abandonaron el camión de gas para seguir su camino en las camionetas escolta.

En el escape, dos vehículos fueron incendiados con explosivos, uno de ellos en la carretera Tula-Michimaloya, a unas yardas del penal, y el otro frente al hospital regional en la carretera Tula-Tepeji, a un par de millas del Cereso estatal, para distraer la persecución policiaca.


Policías se enfrentaron con los sicarios en las inmediaciones de la penitenciaria. Dos agentes, uno estatal y otro municipal, resultaron lesionados.

El secretario de Gobierno de Hidalgo, Simón Vargas, informó que todos los custodios del penal rinden declaración para deslindar responsabilidades. Se indaga por qué los sicarios sabían el lugar exacto donde estaban recluidos sus líderes, quienes habían sido separados para no reunirlos con reos comunes.